miércoles, 23 de septiembre de 2009

*
Renuncio a sus ojos porque tengo miedo;
si me tricionaron, mi amor mintieron.
Renuncio a entregarle entera mi alma;
YA NO SOY LA TONTA
QUE ESPERABAS VER.
Y renuncio a ese fruto prohibido, al perfecto marido
que solo ah sabido dañarme la piel.
Y renuncio a tocar ese cuerpo, a sacarme las ganas
que cada mañana me quitaba el.
Pero no renuncio de verlo vencido
rendido en mis pies.

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